Tras una temporada de premios dividida entre dos grandes películas, por un lado el espectáculo visual de Alfonso Cuarón "Gravity" y por otro lado el desgarro emocional de la cinta de McQueen "12 años de esclavitud", la previsibilidad se abrió paso en una ceremonia que comenzó con un desfile de glamour entre lo estrafalario y lo correcto, apenas destacaron Charlize Theron, Cate Blanchett o Penélope Cruz, y que continuó en la misma con un buen ejercicio de Ellen Degeneres, gracias a la cual se mantuvo una gala que sigue viendo como gran lastre los excesivos parones publicitarios. Pero además en esta ocasión no sólo esta limitación a nivel de producción redujo el interés de la misma, sino que además los números musicales fueron nefastos, ninguno consiguió funcionar. A lo que se suma un reparto de premios totalmente esperado. Nadie se salió del guion, salvo la excepción del mejor cortometraje de animación en la que "Mr Hublot" derrotó al gran favorito "Mickey Mouse: Get a Horse!". Esta equitativa división de los premios, a la vez que excesivamente cantada se unió a unos hieráticos y fríos discursos de unos ganadores que parecían resultarles indiferente ganar o no un Oscar (Exceptuando a una emocionada Lupita). Y si cabe apuntillar más, no podemos dejar pasar la horrible combinación visual realizada en los diversos homenajes de la ceremonia. 
Por lo que es de admirar que la presentadora levantara ella sola una celebración a punto del declive, consiguiendo momentos entrañables(La foto más tuiteada o el momento del reparto de pizzas), y resucitando la mejor audiencia en diez años. En cuanto a los ganadores, fueron justos, o al menos no excesivamente injustos, pero atrás quedaron grandes joyas del año que los premios de la Academia a pesar de su vejez siguen sin ver. Parece que la madurez no le funciona a todos por igual. ¡Hasta el año que viene!.jpg)
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