lunes, 18 de diciembre de 2017

Crítica: Una mujer fantástica

"Con los ingredientes necesarios para construir un relato culebronesco, Sebastián Lelio reposa las premisas negativas en su generosa habilidad para entender personajes incomprendidos, y conforma una película atípica en su forma de acercarse a la realidades sociales. Normalmente viajamos a la racionalización de la vida, a través de una vivencia emocional, conectando con unos personajes y unas realidades concretas. No obstante, Lelio plantea el juego narrativo al revés, pues racionalizando la vida de su protagonista, y comprendiendo su papel social, nos acerca a la vivencia emocional de la misma, para intentar dibujarnos su realidad tal como ella la vive, evitando juicios moralistas, o compasión, y por ende, planteamientos maniqueos ante una situación aún en proceso de tolerancia social. Esa pasmosa habilidad para ofrecernos este proceso deconstructivo, conecta de forma directa con un personaje silenciosamente luchador, que a pesar de las premisas sociales, se amolda a la vida con convicciones, pero al mismo tiempo con realismo, demostrando una humanidad tremenda. Ella se eleva en sus precisas palabras, en la dimensión psicológico-visual que la comprende, gracias a la estimulante y acertada apuesta de Lelio y por supuesto en un trabajo interpretativo absolutamente remarcable. Daniela Vega, firma uno de las composiciones más brillantes del año, pues desde la contención y con todos los riesgos que supone conectar con un personaje de estas dimensiones de esta manera, logra otorgar humanidad y grandeza a la firmeza de un personaje realmente necesario. El silencioso dolor de su rostro contagia, y se funde en ese universo de controladas construcciones, a veces tanto, que quizás exige respirar por algun lado, y sentir la vida de un modo más amplio. Universo que se eleva en la brillante paleta fotográfica de Benjamín Echazarreta, que atendiendo a las precisas posturas de Lelio conforma momentos visuales de auténtico deleite, en una película, que con sus imperfecciones, y abogada a cierta incomprensión, se erige como una de las apuestas más arriesgadas y necesarias del año."
 
Lo mejor: Daniela Vega y la brillante fotografía.



Lo peor: La ocasional necesidad de respirar entre tanta racionalización.



NOTA: 7,5(****)

No hay comentarios: