viernes, 19 de enero de 2018

Crítica: 120 pulsaciones por minuto

LXV FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN:
"Con entusiasmo esperábamos la nueva película del realizador francés Robin Campillo, ya que las precedentes muestras gráficas, y así como el entusiasmo de su recepción en el Festival de Cannes, nos prometían un film de importante repercusión e interesantes aportaciones. La película muestra la realidad social del SIDA en el contexto de la Francia de los años 90. Mirada conducida a través del ejercicio del activismo sociopolítico LGTB. La película conforma su embalaje a través de un gran ejercicio técnico, en el que la precisa fotografía, el notable montaje y el excelente trabajo sonoro dan empaque a las posturas visuales de Campillo, que por momentos rozan la excelencia. De igual manera, el reparto colabora con acierto a dar vida a la amplia gama de personajes, en especial un extraordinario Nahuel Pérez Biscayart, carne de premio, por su compleja y entregada composición. No obstante, el problema en la cinta viene cuando todo este empaquetado no encuentra una respuesta vibrante a través de un guion excesivamente horizontal. Conformando una especie de docudrama, la película se pierde entre tanta situación previsible, la excesiva verborrea y un tratamiento muy distante y lineal de los personajes. La premisa pedía y hasta exigía un compromiso emocional con cada uno de los artífices de este relato. Enmienda que sólo alza su vuelo en los minutos finales. Aunque esto, no resulta suficiente para empatizar con la lucha de unos personajes que cambiaron el rumbo de la humanidad en pro de la lucha por los derechos sociales. Una sensación agridulce se apodera del ejercicio visionado, pues con sus meritorios logros, acaba dejando una extraña sensación de indiferencia ante un conflicto de tal calibre."
 

Lo mejor: La entrega de Nahuel Pérez Viscayart.



Lo peor: La excesiva linealidad del discurso.





NOTA: 6,5(***)

No hay comentarios: